martes, 1 de junio de 2010

1ª etapa Sarria/Portomarin

Salimos de Sevilla hacia las 21,20 del domingo 30 de mayo y tras un vuelo muy tranquilo llegamos a La Coruña con algo de niebla sobre las 22,40.



El autobús nos estaba esperando y llegamos a Arzua hacia la medianoche, con lo que rápidamente nos distribuimos en las habitaciones de los tres alojamientos, todas estaban muy limpias y eran confortables.



A las 8 de la mañana quedamos a desayunar en la Pensión Arcano, donde se alojaban Pepe Velasco , Pepe Cabrera y Luis Calle y tras un desayuno suficiente volvimos otra vez a Vilariño donde estaba previsto que el autobús nos recogiera a las 8,45 horas.

Primeras fotografías de salida del grupo fuerte ó sea el de las mujeres con Manoli la dueña del hostal Vilariño


y luego la foto de grupo



Por causa del trafico se demoró la salida y hacia las 9 aparecía nuestro conductor José. En principio recelamos por la tardanza, pero inmediatamente fuimos comprobando que el chofer era un fenómeno y que nos ayudó muchísimo ,estando todo el grupo encantado con él.



Durante el trayecto a Sarria que duró casi hora dos horas empezaron los problemas, con algunos mareos como consecuencia de las numerosas curvas que la carretera tenía en algunos tramos.

Por fin hacia las 11,15 comenzamos la etapa tras sellar las credenciales en el ayuntamiento de Sarria y hacernos algunas fotos junto a la estatua de Alfonso IX, fundador de Sarria.



Comenzamos la etapa en la rúa Maior con una primera parte dentro del pueblo



Pasamos junto a la Prisión Preventiva



y tras asomarnos a un mirador llegamos al Convento de la Magdalena, gótico y renacentista y regentado por los Padres Mercedarios.



con un precioso claustro






Continuamos por el lateral del Convento





Luego enfilamos un descenso pronunciado de un kilómetro junto al muro del cementerio hasta llegar el Puente romano de Aspera de la época medieval, que nos permitía cruzar el Río Pequeño, afluente del Sarria.





Tras cruzarlo empezaron a aparecer preciosos prados hasta cruzar unas vías férreas debajo de un gran viaducto.





de nuevo tuvimos que cruzar otro arroyo por una pasarela de madera



y cuando todo era admiración por los enormes castaños que bordeaban el camino,éste cada vez se hacía más complicado porque el repecho que subía hasta As Paredes era muy duro.Eso sí el paisaje era espectacular con enormes robles centenarios














Ahí empezaba el sufrimiento para Joaquín, los Pepes y alguno más. Tras pasar un antiguo castro prerromano llegamos al área de descanso de Vilei y ahí surgieron los primeros problemas porque Luis y Rafael sufrieron sendos mareos, en el caso de Luis parece que como consecuencia de una gastroenteritis y correspondiente deshidratacion y en el caso de Rafael por un café que le cayó mal.Tras esperar que se recuperaran un poco, llamamos al chofer y en pocos minutos se presento allí.

Luis se quedo en el autobús y el chofer tenía el encargo si se ponía peor llevarlo inmediatamente al centro de urgencias de Sarria y avisarnos y en caso que no fuese necesario esperar a que se recuperase un poco y acercarlo a Mercado de Serra, junto al cruce de la carretera de Lugo donde íbamos a parar a tomar algo. Afortunadamente, pasada media hora el chofer nos llamó para decirnos que estaba mejor Luis, por lo que continuamos el camino con Rafael recuperado. Pasamos junto a la iglesia románica de Santiago y al llegar a Mercado de Serra, paramos en una taberna y le pedimos a Luis una tortilla francesa y un yogur, los demás tomamos un bocata y continuamos el camino hacia Ferreiras con mucho calor.

En la parroquia de Barbadelos visitamos la iglesia románica de Santiago



El camino se estaba haciendo duro por las continuas subidas y por el fuerte calor que hacía. El grupo iba disperso, con Ana y Pepe Velasco en cabeza, Fco Utrillas y Virginia por otro lado, un grupo mas numeroso a continuación y Joaquín, que iba con ciertas dificultades,con Fco Amarante y Aurelio cerrando el grupo.

Al pasar junto a una fuente decorada con la mascota del jacobeo 93, aprovechamos para refrescarnos la cara



Volvimos a cruzar un pequeño arroyo donde algunos aprovecharon para mojarse los pies





y continuar hasta el hito que indicaba que faltaban 100 kilómetros para Santiago donde casi todos nos hicimos fotografías







Dejamos el concello de Sarria y entramos en el de Paradela y justo en la Parroquia de Francos, al poner una pegatina de la Peña, Joaquín exclamó !! MILAGRO !!se mantenía intacta otra pegatina que el puso en el año 2007. Evidentemente es milagroso que se mantenga intacta después de 3 años de lluvia y estando en la parroquia de Francos, está claro a quien le atribuye Joaquín semejante milagro



El camino transcurría junto a prados llenos de flores, y de vacas de todos los colores







Tras un descenso sobre asfalto pasamos junto a una pequeña iglesia llena de grafitys



y posteriormente pasamos junto a la iglesia de Santa María y continuamos viendo hórreos hasta llegar a Mercadoiro hacia las 17,30.





Paramos un rato en el albergue de Mercadoiro en el kilómetro 16 que era como un verdadero Oasis a estas altura del camino.



El grupo iba muy estirado, algunos pararon y otros siguieron. me quedé a esperar a Amarantes, Aurelio, Palomar y Joaquín,que iba continuamente poniendo pegatinas de la peña



Enseguida llamó Ana diciéndonos que, Pepe Velasco no se encontraba bien y que se paraban. esperé a que llegasen Utrillas y Virginia, que a su vez esperaron al resto del grupo y seguí hasta enlazar con Ana que estaba con Pepe en una rotonda antes de enfilar la bajada al Miño.

Llamamos al chofer e inmediatamente se acerco, recogiendo a Pepe y llevándolo a Portomarin.

Los demás seguimos hacia Portomarin ,adonde llegamos tras un descenso espectacular al Río Miño. La bajada fue dolorosa porque los dedos gordos se te clavaban en las botas. Por fin con una vista impresionante cruzamos el puente de mas de 350 metros sobre el embalse de Belesar.





Desde el puente se veía en la parte alta del pueblo la iglesia de san Nicolás



Se trata de un templo de una sola, pero esbelta nave de cinco tramos. De ellos, el más próximo a la cabecera está cubierto con bóveda de crucería y el resto lo está con bóveda de cañón apuntada. Los diversos tramos quedan separados entre sí por arcos fajones que descansan en columnas entregas.

El ábside, semicircular, se cubre con cuarto de esfera, mientras que el tramo recto que lo precede lleva bóveda de cañón.

Del exterior de la iglesia destaca su aspecto de fortaleza, justificado por su situación estratégica junto al río Miño y por estar destinado a ser castillo de la Orden de San Juan al mismo tiempo que su iglesia. Así, presenta una torre en cada uno de los ángulos de la nave, comunicadas entre sí mediante un paseo de ronda que circunda el perímetro de la nave y que, al igual que las torres, lleva un remate almenado.

El edificio se comenzó posiblemente en los últimos años del siglo XII o en los inicios del XIII y se acabó en el primer cuarto de esta centuria
Esta iglesia fue realizada trayendo piedra a piedra de la antigua iglesia que iba a quedar bajo las aguas del embalse.



y llegamos a las escalinatas de subida a la ciudad donde terminaba la etapa tras 24 duros y largos kilómetros.Allí nos reagrupomos un primer grupo que subimos a la Iglesia de san Nicolás, donde junto a Pepe Velasco y Luis, sellamos y nos tomamos unas cervezas,esperando al grupo de Manolo Palomar, Amarante, Aurelio y Joaquín, que llegaron posteriormente y no pudieron sellar por ser tarde.



Tras hacernos la foto de final de etapa, regresamos a Arzua.



La gente iba contenta de acabar la primera etapa pero fundida y los enfermos bastante recuperados.El regreso lo hicimos cantando sevillanas, creo que sobre todo para olvidar el cansancio.



Teníamos reservada cena en Casa Teodora a las 8 de la tarde, pero tuvimos que avisar que llegaríamos sobre las 9. Fuimos directamente sin ducharnos y la cena resultó estupenda por la buenísima calidad de los productos, la mayor parte del grupo se decanto por caldo gallego y judias verdes con patatas de primero y merluza a la gallega de segundo, de postre quesada casera y de nuevo a las pensiones a dormir.



En el camino de regreso Joaquín que iba totalmente fundido me confesaba que estaba feliz por haber acabado la etapa pero que me confesaba que ni de joven había andado jamás 27 kilómetros en un día.

Nos duchamos y nos fuimos a la cama esperando descansar lo suficiente para mañana volver a acometer la segunda etapa.

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